Ante este hecho como decía, de las pruebas que rindieron para verificar su calidad y capacidad y ante la oleada de personas con menores notas a 70, debo nuevamente resalto mi perfil de derechos humanos y de un exacerbado apego a los procesos debidos, creo que todos tienen derecho a que s reconsidere las pruebas que se deban reconsiderar y que de allí, si no mismo suman 70, pues que pena, al que toca toca y a bailar en otras pistas, pero lógicamente considerando que la prueba fue bien direccionada, lógica y pertinente, que no se queden los que por obra y gracia por cadabra, supieron las preguntas con anticipación y se las memorizaron, yo considero que lo mas sano, es efectivamente la participación de los mejores elementos, pero los mejores, no los amigos, compadres, tíos, primos y agnados y cognados, que hacen una justicia servil.
El derecho, al que me refiero, es el derecho a apelar o impugnar la calificación que se le ha colocado, por que al fin de cuentas, el que realizo la prueba es el servidor, y este es la única persona que sabe lo que puso y como puso y puede saber si fue calificada como debía ser considerada, ya que el cuantificador, solamente reviste de la figura de calificador de respuestas preconcebidas y que conoce. Entonces ese derecho debe cumplirse y que mejor que permita considerar que los seres humanos somos sujetos de errores y podemos equivocarnos, pero no podemos dejar de reconocer el valor real de la calificación de cada servidor.
Por eso que las re consideraciones no queden en el aire, y después, pues después de esto no es que los que han cumplido 71, 72, 80, 85 son los perfectos e infalibles no al contrario deberán ser sometidos a constantes capacitaciones profesionales, hay gente valiosa que actualizar, oxigenar, hacerla transpirar derecho e igualdad, creo aún en el cambio, que veo medio empedrado, pero no difuso vamos que si podemos, la justicia debe ser justicia y la verdad, verdad.